CULTURA CULTURIZADA PARA CULTURIZAR
Lo cultural es un atisbo que los seres humanos hacen con y para ellos mismos sólo lo puede hacer cada uno consigo mismo. Dicen que si se le mata la curiosidad a alguien, entonces se le quita la posibilidad de cultivarse. La curiosidad es el deseo insaciable de llegar a conocer todo lo que hay en este mundo.
Puede enfocarse a direcciones muy diversas: arriba hacia los astros, abajo hacia los átomos y los cuantos; afuera hacia la diversidad de los especies y adentro hacia la complejidad fantástica del organismo humano; atrás hacia la historia del universo, de la Tierra y de la sociedad humana y adelante hacia la pregunta de cuál será el futuro de nuestro planeta, de nuestra manera de vivir o de nuestra percepción de nosotros mismos.
Cultivarse no puede significar ir corriendo sin aliento detrás de todo. La formación es, por lo tanto, un aprendizaje doble: se aprende del mundo y se aprende cómo aprender. Con ello se generan dos cosas, que son igualmente importantes.
La primera es el sentido para las proporciones. Para ser culto, no se requiere conocer el número exacto de los idiomas que se hablan en la Tierra. Pero se debe saber que son más bien 4000 que 40; que China es el país más poblado pero no el más extenso; que no hay cientos de elementos químicos; que la velocidad de la luz no es ni 10 millones de kilómetros ni 1 kilómetro por segundo; que la edad del universo no es de millones sino de miles de millones de años; que la edad media no empezó con el nacimiento de Jesucristo, y que la edad moderna no comenzó hace 100 años.
También se trata de ponderar correctamente la importancia de ciertas personas y sus logros. Para la humanidad, Louis Pasteur fue más importante que Pelé, la invención de la imprenta y del foco incluyeron más que la de la máquina de afeitar y del lápiz labial.
Lo segundo que se genera en el transcurso de la organización hacia el mundo es un sentido para la precisión: una comprensión de lo que significa conocer y entender algo con exactitud: una piedra, un poema, una enfermedad, una sinfonía, un sistema legal, un movimiento político, un juego. No hay nadie que conozca con precisión más que una pequeña sección del mundo. La persona culta es aquélla que se puede imaginar qué es la precisión y que ésta significa algo muy diferente en diversas regiones del conocimiento.
El poder del conocimiento impide ser víctima. Quien tiene conocimiento sobre el mundo es más difícil de engañar, se puede defender cuando otros tratan de usarlo para sus propios intereses, en la política, la religión o a través de la publicada. Ser culto significa también comprender la pregunta de en qué consisten el conocimiento y el entendimiento y cuáles son sus límites.
Se trata de enfrentar la pregunta: ¿Qué conozco y qué entiendo? Significa hacer un inventario del conocimiento y de la comprensión. Eso incluye preguntas como: ¿Qué forma tengo de verificar mis convicciones? ¿Qué tan confiables son? Además, ¿aseguran realmente lo que parecen asegurar? ¿Cuáles argumentos son buenos y cuáles son sofismas engañosos? Distingue al científico ingenuo del culto y al reportero serio del simplista, que nunca valoró el ser crítico de sus fuentes.
En el fondo de esta curiosidad yace el pensamiento. En la capacidad de observar la propia cultura desde cierta distancia y de tomar una actitud irónica y lúdica.
El culto es un lector. Pero no basta con ser un ratón bibliotecario ¿Se es culto cuando se devoran libros para conocer y saber? La respuesta es que sólo protege a aquél que no sólo consume los escritos, sino que se interioriza; aquél, que después de la lectura se transforma en otro distinto del que había sido antes.
Es un signo infalible de la formación cultural: cuando se consideran los conocimientos, no como mera colección de información, no sólo como diversión o como adorno social, sino como algo que puede significar cambio interno y expansión, que puede traducirse en acciones.
Y es igual de importante saber desde: cine, las noticias de Paty Chapoy, con quien se casara galilea Montijo, que genero canta Pit Bull, que chistosada hizo Lady Gaga, pasando por la alta gastronomía, las noticias locales, saber los porque del futbol, conocer el último grito de la moda, que dijo el gobernador, que pasa con los Nini, que hay en el museo, las propiedades de la alcachofa, la nueva herramienta Google +; hasta saber qué onda con la clonación, los jeroglíficos de Tutankhamon, dónde queda la ciudad con más cultura gay, quién es el arquitecto Pei, que tabúes andan por ahí, por qué es famoso Carlomagno, que hay de nuestro pasado prehispánico, que del pintor de moda, saber medir a Picasso que igual de Alejandro Fernández.
Adiestrarse para manejar en forma amena el arte de la conversación; enterarse de lo que distingue una bebida fermentada de otra destilada, vestirse con criterio propio y no por los imperativos coyunturales de la moda. Y en líneas generales no elegir nunca la vulgaridad sino las actitudes inteligentes y las conductas de buen tono, y demás, Hágame caso: intente de cualquier manera actuar y conducirse de manera culta.
Amílcar Venegas Cisneros
ARTICULO PUBLICADO
EN EL DIARIO LOCAL
REDES DEL SUR
LUNES 26 SEPT 2011