LEERLES A LOS NIÑOS, URGE.
Numerosos autores afirman que uno de los fines de la educación consiste en el desarrollo del pensamiento, de su claridad, porque a través de ella se logra una comunicación efectiva. También se ha hecho acento en el promoción de la sensibilidad. Los dos aspectos ubican impulsos para alcanzar el pensamiento crítico-creativo.
Bastara mencionar que los grandes pensadores de la historia no eran inteligentes de manera peyorativa, eran, ante todo, visionarios. Si la sabiduría representa un valor esencialmente humano, entonces se halla delgadamente atada a la racionalidad, a la lógica, a la claridad y al lenguaje. Estas necesidades básicas deben ser atendidas con urgencia y sólo las obtendremos cuando los educadores tengan conciencia de ello y planifiquen actividades encaminadas hacia el incentivo de la reflexión. Por eso es de vital importancia el desarrollo de los hábitos lectores y obvio, de la lectura culta.
Es demasiado recomendable el cuento literario distinguido por su concisión, abreviatura e intensidad. Los tiempos modernos requieren textos breves que puedan ser leídos "de una sola sentada". Este golpe súbito solo se logra con una breve e interesante lectura, porque suele estampar una huella definida y a veces definitiva en el lector.
El cuento requiere entonces atención y concentración, porque si se le interrumpe "se rompe el hechizo". La actividad nos permite ejercitar otros aspectos del pensamiento requeridos para una comunicación efectiva: el vocabulario, la unicidad y el rigor de la expresión. La lectura o la narración de cuentos enseña a los niños a concentrar su atención con mayor intensidad en un objeto reducido que requiere el cuidado del detalle, de la precisión.
Es por ello que la literatura constituye un recurso, una herramienta de incalculable valor. La obra literaria no sólo aporta conocimiento, también atrapa al lector con el recurso de la tensión, del lenguaje y del humor. Porque una de las principales virtudes de la literatura, aún cuando no se lo proponga, es que facilita y recrea el proceso de enseñanza recíproco entre lector y autor-informante.
Hay un sinfín de vertientes en la literatura, géneros, autores, movimientos o estilos, sin embargo, el cuento y la poesía también nos ofrecen la oportunidad de ejercitar la inteligencia intrapersonal, que consiste en conocerse a sí mismo. Alguien que se entrena en el raciocinio del cuento, por ejemplo, merecerá a conocer sus fortalezas y sus debilidades, sus deseos y sus miedos y sobre esta base podrá actuar para adaptarse a las circunstancias. La literatura también ejercita el pensamiento lógico administrado por el razonamiento, los criterios coherentes, racionales.
Posterior a la lectura o a la narración oral, se debe estimular a los niños para realizar una amplia gama de actividades que se desprenden del texto: elaborar historias, resúmenes, proyectos, investigaciones, dibujos, marionetas, volantines, juegos dramatizados, bailes, entre otros. La diversidad nos permite medir y entrenar la habilidad de los infantes en distintas áreas. La exploración de diferentes actividades suscitará pasiones y talentos incipientes.
Un lector debe prepararse para saber narrar en voz alta, no es lo mismo saber leer que hacerlo a distintos tonos vocales; debe existir nitidez en las ideas, memoria, entonación y fonética expresiva.
Leer para los demás nos permite desarrollar, estimular y reforzar la "interioridad del sonido", cuando tiene que ver con la interioridad de la conciencia humana y de la comunicación humana pues el sonido de la voz traduce los sensaciones diversas. Si las palabras son portadoras esenciales de significados y en ellas nacen los pensamientos, entonces la narración oral de cuentos se convierte en un extraordinario evento que enriquece el vocabulario: ideas y percepciones que proporcionan las puertas a través de las cuales vemos el mundo. Cuando contamos cuentos enseñamos a los niños a algo muy simple que le llaman “ensoñación intelectual” la cual, genera retroalimentación cognoscitiva, sensitiva y vivencial.
Para comenzar le recomiendo este libro:
JUGUEMOS CON CUENTOS Y POESÍAS
Eugenio Sotillos, Jaime Rovira, María José Albareda.
Ilustrado por, Maria Pascual.
EditorIal, Océano, 2007
Amílcar Venegas Cisneros
ARTICULO PUBLICADO EN DIARIO LOCAL REDES DEL SUR
08/AGTO/2011
http://www.redesdelsur.com.mx/medioMundo/viewcontent.php?id=718:smiles&catid=